lunes, 14 de marzo de 2011

“CAMINAR ES SANO. RECICLA”: LA NEFASTA POLÍTICA DE RECICLAJE EN ARONA.

Ese ha sido el eslogan que decidieron poner los gobernantes aroneros a la política de reciclaje que pusieron en marcha en su momento. Ese eslogan podría mejorarse así: “Caminar es sano. Recicla, que nosotros ponemos los contendores a 1 km de tu casa”. Estos gobernantes que tenemos, que son tan “inteligentes”, no se dan de cuenta, que para incentivar a los ciudadanos y ciudadanas a reciclar, lo primero, lo más lógico y coherente, es poner contenedores en todas las calles de todos los barrios del municipio. Faltan contenedores de reciclaje en muchísimas calles de los barrios del municipio, en especial, en las zonas peatonales, donde se ven bolsas de basura llenas de residuos sin separar, tiradas en los laterales de las calles. Hay una cosa que está clara: hay que motivar a la gente a que separe sus residuos, y en consecuencia, para que esto sea una realidad, si los contenedores de reciclaje no se encuentran a distancias accesibles para todos los ciudadanos y ciudadanas, la motivación por reciclar se queda en un bajo porcentaje de la población.
No se está hablando de poner los grandes contenedores de reciclaje en calles peatonales o inaccesibles para los camiones grandes de recogida, se está hablando de adecuar el sistema de recogida de residuos a las necesidades de las calles y los barrios del municipio. Se habla de colocar contenedores más pequeños en zonas peatonales, o en aquellas zonas donde se genere un volumen menor de residuos. Se habla de adecuar los vehículos de recogida a los diferentes tipos de calles; obviamente, sería una locura meter un camión pesado de recogida de vidrio por una calle peatonal de losetas, por tanto, la empresa de limpieza y recogida de residuos, deberá disponer de camiones pequeños para acceder a las calles pequeñas o peatonales a recoger los residuos.
En conclusión, el reciclaje, o llega a todos los ciudadanos y ciudadanas del municipio, o se queda simplemente en una política de palabrería, adornada con ingenuos eslóganes, para quedar aparentemente bien ante los medios. Al paso que vamos, con un vertedero insular que va camino de colapsarse tarde o temprano, si no se aplican políticas de reciclaje eficaces, la famosa planta incineradora de Arico va a ser una realidad. ¿Vamos a permitir que hipotequen nuestra salud ante semejante locura?.

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